Es hora de meditar.
Comencemos siendo claros: empezar a meditar cuesta sólo una decisión, deseo y predisposición. Lo que siempre recomiendo es poder encontrar un lugar en el que podamos estar cómodos, sin interrupciones (no necesitamos mucho tiempo, ni irnos al medio de la nada) lo bueno del yoga / la meditación es que vamos aprendiendo a adaptarlo a nuestra vida cotidiana, a nuestro día a día y nuestros momentos o tiempos.
¿Qué es meditar? Meditar es estar presentes, nada más que eso. Podemos estar meditando mientras cocinamos, caminamos, o esperamos en un semáforo. La idea es que podamos sentir una respiración consciente conectando con ella y de esta forma buscar liberar cualquier idea o pensamiento que se acerque, imaginando que queremos disolver esas ideas, que son nubes pasajeras las cuales solo miramos desde afuera y sin involucrarnos. Al principio muchos piensan que “es dejar la mente en blanco” pero esto también es algo bastante complicado, podemos meditar mirando fijamente un objeto y no necesariamente estamos con la mente en blanco, solo estamos enfocados en nuestra respiración y en estar totalmente PRESENTES.
Otra recomendación importante es la postura, si decidimos tomarnos un momento para “sentarnos a meditar” lo ideal es que podamos estar sentados en una postura cómoda, que nuestra atención no esté en lo físico pensando en que estoy cansada de mi postura, por eso no necesariamente tengo que estar en el piso sentado y erguido. Podemos comenzar con meditaciones guiadas, sentados en una silla con respaldo dejando los pies en el piso, utilizar un almohadón debajo de la cola, extender las piernas y volver a nuestra postura cuando creamos sentirlo. Lo importante es dedicarnos unos minutos para sentirnos, para respirar, para conectar con nuestro interior y poder entender como estamos, como nos sentimos, pero sobre todo, que nos está pidiendo el cuerpo.
En las meditaciones muchas veces les digo a mis alumnos que imaginen un lago, que imaginen el agua, y que busquen la calma en el agua, luego van a imaginar que alguien deja caer un diamante en ese lago y este va a caer al fondo. La idea es que podamos observar el fondo del lago buscando ese diamante, para poder observar el fondo necesitamos que el agua este lo más calma posible, que no se generen ondas y esto mismo lo llevo a nuestra mente. Cuanto más centrados, relajados o enfocados en algo estemos más fácil será observarnos y/o sentirnos.
Libérate del poder de control, libérate de querer meditar por un tiempo prolongado y busca aceptar cada día, siendo consciente de que todos los días serán diferentes. Siempre recomiendo que se comiencen con prácticas o meditaciones cortas ya que el período de adaptación es lo más importante y de nuestra constancia dependerá el éxito en los que nos propongamos, si logramos reservar un momento de nuestro día dentro de nuestra cotidianidad se volverá más fácil volverlo un hábito o una rutina que nos beneficiara a corto y largo plazo.
Para poder llevar a cabo la meditación de una manera óptima es conveniente que no sea luego de haber comido, ya que el cuerpo estará concentrado en el procesos digestivo y no podremos estar al 100% conectados en lo que estamos queriendo llegar. También es importante que en ningún momento de nuestras prácticas de meditación o yoga nos comparemos. Una cosa diferente es motivarse e inspirarse con alguien y otra poco sana es compararse, todos los cuerpos son diferentes así como todas las experiencias de vida y cabezas, por eso respeta y acepta tu propio proceso como dije hoy, liberando ese poder de control que queremos generar con todo, y liberándonos también de cualquier expectativa. Lo que buscamos a través de la meditación es conectar con nuestro cuerpo y poder desarrollar y controlar nuestra energía interna. Conectar con nosotros mismos y nuestro alrededor, saber dónde estamos ubicados dentro del Universo.
Lo más importante a tener en cuenta si queremos comenzar: fijar un punto donde nos concentremos, cerrar los ojos, empezar con respiraciones profundas, suaves lentas y naturales, inspirando y exhalando de una manera relajada, cada pensamiento que pase por nuestra cabeza, debe ser aceptado y observado sin intención de entrar en él, de involucrarse, intentando eliminar cualquier preocupación que se acerque y hacer foco en nuestra calma interior. A veces también los maestros nos recomiendan imaginar recuerdos o pensamientos positivos, también podemos imaginarnos trasladándonos a la cima de una montaña, a la playa o a cualquier lugar que nos de calma y placer. Debo mencionarles que la principal frustración al comenzar a meditar como dije hoy es “no poder dejar de pensar” esto es normal, y llevará meses lograrlo, así que no sientas que no es para vos si al principio ves que no lo logras, simplemente respira profundo y mantené la calma, como dije antes se trata de soltar el control y aceptar.
También me gusta mucho recomendarles que cuando terminen esa práctica se tomen un momento y una nueva respiración profunda para agradecer, y aunque al principio también puedan sentir un poco extraña la sensación de estar agradeciendo es importante poder incorporarla a nuestra vida y te aseguro que después que comienzas sientes que poco a poco todo se va alineando. Solo respira profundo, acepta y confía.
Micaela Pichniy.